viernes, 14 de marzo de 2014

Semana de la Sal....

En el marco de la Semana Mundial de Concientización sobre la Sal que se desarrolla del 10 al 16 de marzo bajo el lema "¡Reemplace la sal!" impulsada por WASH (World Action On Salt and Health / Acción Mundial sobre Sal y Salud), la carrera de Licenciatura en Nutrición de la Universidad Católica de Santa Fe hace un llamamiento intersectorial convocando a los gobiernos, a la industria, a las empresas de restauración colectiva y a los consumidores para a incentivar a producir y elegir alimentos con menos sal.
El 60% de la sal que se consumimos se encuentra oculta, es decir, ya está contenida en los alimentos industrializados como panes, embutidos, enlatados, congelados, fiambres, quesos duros, caldos y sopas concentradas, aderezos y productos de copetín, porque se incorpora durante el mismo proceso de elaboración.
La Organización Mundial de la Salud informa que la sal puede producir cáncer de estómago e insuficiencia renal, además de favorece la aparición de hipertensión que es un factor importante para los accidentes cerebrovasculares y enfermedades cardíacas. Por su parte, la Sociedad Española de Cardiología ha postulado que la sal ya puede considerarse como una droga, no sólo por los efectos perjudiciales que provoca en la salud, sino también por la alta capacidad adictiva que posee.
El Ministerio de Salud de la Nación estima que en Argentina se consume más del doble de lo recomendado, por lo que entenderíamos que los argentinos llevamos una vida muy salada. En nuestro país la hipertensión afecta a 1 de cada 3 argentinos y tiene mayor impacto en sectores de menor ingreso económico, siendo las enfermedades cardiovasculares la principal causa de muerte. Los resultados de la II Encuesta Nacional de Factores de Riesgo 2009 del Ministerio de Salud de la Nación, entre las personas que pertenecen a la franja de más bajos ingresos, el 41,9% son hipertensos, mientras que en el sector de ingresos más altos el porcentaje de hipertensos desciende al 27,4%.


A fines de 2013 se sancionó en Argentina la Ley Nacional 26.905 de Promoción de la disminución del consumo de sodio en la población, que abarca varias medidas como regular el contenido en ciertos grupos de alimentos estableciendo valores máximos, concientizar a la población y encarar diversas estrategias en restaurantes. Argentina es el segundo país en el mundo en legislar en esta línea, sin embargo el desafío que resta es establecer adecuados mecanismos de monitoreo junto con la necesidad imperante de repensar nuestro sistema de etiquetado de los alimentos y establecer límites al marketing de los alimentos con alto contenido en sodio.




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